viernes, 15 de mayo de 2009

Después de leer la novela “Bajo el cielo” de Matilde Asensi me quede traspuesta en la hamaca. Esos 20 min. Divinos que te hacen afrontar el día con mayor entusiasmo. Desperté con el cuerpo empapado en sudor. La única manera de aliviar ese bochorno era irse al lago de modo que inicie el paseo. Me gusta ir a lugares diferentes y la verdad es que aunque la costa del lago es bastante similar desde todos los puntos ,me divierte descubrir el camino que lleva a la desde la carretera central (y única).El camino me sorprendió gratamente ya que era mas verde de lo habitual. Al llegar a la orilla torcí la nariz porque ,otra vez, no hay playa y encima de lleno de rocas,le da la sombra por la tarde. A 200 m. había un saliente de tierra soleado y hacia allá me dirigí por la orilla. Porque claro después del baño lo mejor es torrarse al sol y si te puedes tumbar ya eres bastante afortunada. Saltando de roca en roca, unas chiquitas y otras mas grandes que yo, luchaba por no ensuciarme demasiado las chinelas. En eso estaba cuando de repente vi una serpiente que huía en sentido contrario. El respeto que nos tienen los bichos es increible. No quieren saber nada de nosotros la inmensa mayoría de las veces. Me dispuse a seguirla porque me pareció elegante. Me pareció muy sensual,sigilosa moviendo su cintura, todo su cuerpo. Si leo esto hace 7 meses, no me lo creo. No era una coral de todas maneras. Y una terciopelo creo que tampoco. Entonces no me iba a matar y ademas yo le daba mas miedo que ella a mi. Se esfumo por un lugar inaudito. Me hizo sentir lenta y torpe. Bueno yo a lo mio, a la costa soleada a darme mi bañito. Una calita de arena me sorprendió a la llegada. En la esquina derecha lo menos 10 mariposas jugaban entre ellas. Predominaban estas blanquitas con una colita en cada ala. Enfrente de mi una agrupación de rocas formaban unas islitas, paraiso del equivalente de gaviotas pero de lago y negras. Había una reunión importante y yo con estos pelos! Dispuse mi ropa en un montoncito que Congo se encargo de cuidar. El perro me había seguido hasta allí. Descalza en la arena ,viva el lujo y quien lo trujo! Pegue una carrera y batí los brazos nadando a croll (o como quiera que se escriba) para alcanzar a las aves. En un descanso me percate de porque estaban allí. A mi alrededor saltaban cientos de pececillos que aquí llaman sardinas pero que son bastante mas pequeños. Las aves se fueron conforme se dieron cuenta que me acercaba y se reunieron esta vez en el lago un poquito mas hacia adentro. Malditas cobardes! Me instale en una de las rocas que habían dejado libre de heces para descansar y luego pase de una a otra y los pelillos de los brazos y de la mano se me tintaron de verde de las algas marinas pegadas a las rocas. Emprendí el regreso. Una señora vino a pescar con el hilo y sin caña. Casi nadie usa caña en la isla. Ponen en el anzuelo un trozo de cangrejo a modo de cebo y lo tirar en espera de que algún incauto lo muerda. Ya os conté en mi capitulo de pesca infructuoso la muerte del cangrejo y tal. A los diez min. volvió con dos pescados grandotes. Volvía porque se había metido los cangrejos en el bolsillo y al meterse al lago, vestida con camiseta de manga corta y pantalón corto (y no como yo que seguramente pensaría que era un poco guarrilla por estar en biquini jugando en la orilla) se le habían caído al fondo y tenia que ir a por mas a su casa.
En la orilla había un trozo de madera de algún trozo de barca. Y encima de él, 30 libélulas emparejadas toditas de esta manera tan rara que tienen ellas .A ver, se sitúa el macho encima de la hembra y la engancha con la cola curvilínea por la cabeza. Los dos en el mismo sentido,paralelamente. Se situaban en el tronco todas en la misma dirección, una detrás de la otra.Hubo una vez que se situaron 6 parejas a la vez en el tronco. Parecía un circo. Luego emprendían el vuelo. Y de nuevo al tronco. En en regreso me mordió una hormiga en el tobillo derecho.Hoy lo tengo un poco inflamado.El más pequeño y el mas chungo. Como el peón de negras en el ajedrez.Negro,bajito y cabezón. Ya me dijeron que en la selva, no hay día sin dolor.

3 comentarios:

Mónica dijo...

anda que iba yo a seguir a la serpiente, estas loca!

poppins dijo...

de verdad que me tienes loca¡¡¡
Menuda descripcion , no te falta detalle, y sobre me gusta tu alusion a mecano....
negro bajito y cabezon...
Disfruta mucho y haznos disfrutar a los te seguimos¡¡
muuuuuuuuuuakk

JUAN dijo...

Eres una gran escritora.
Tengo muchas ganas de verte.